Hay varias razones por las que los perros pueden comer pasto.

Algunos pueden comer pasto para aliviar molestias estomacales, acidez o les duele la panza, ingieren pasto para provocar el vómito, purgar su aparato digestivo y así, lograr sentirse mejor.

 Otro motivo es que al ser una fuente de fibra y ellos se guían por su instinto, les gusta comerlo como complemento nutricional ya que sienten que los ayuda en la digestión, simplemente es algo que su organismo le pide.

A veces buscan expulsar algo que tragaron accidentalmente como una piedra o un objeto pequeño y el pasto los ayuda a vomitar.

Algunos perros lo hacen por aburrimiento o por glotones, al tenerlo disponible lo mordisquean como manera de saciar su ansiedad y satisfacer su instinto natural de masticar. También les da frescor en la boca, más si está húmedo.

En principio si es esporádico y mientras no afecte su salud, ¡deja que disfruten de su snack verde de vez en cuando!

Sin embargo, si notas cambios en su comportamiento o si come grandes cantidades de pasto con frecuencia, es importante consultar con tu veterinario.