Amamos amar a Garfield, esa caricatura de un gato naranja obeso que se burla de su amigo y rival Oddie el perro y hasta se las toma contra su propio dueño, quien sólo se dedica a atenderlo. Nos parece divertida su socarrona forma de ver la vida, interesado sólo en comer lasaña y odiar a los demás en silencio. Tal vez haya contribuido a la idea que tienen muchos dueños de mascotas de que está bien que sean gordos, que en un animal es sinónimo de buena salud y buen vivir. ¡Pero ERROR!

Tal como ocurre con los humanos, la obesidad y el sobrepeso son síntomas de que algo anda mal en la alimentación y la actividad física, o bien que existen problemas de metabolismo. Cualquiera sea el caso, la obesidad extrema trae aparejados problemas de salud más graves, que pueden acortar significativamente la vida de nuestra mascota.

Primero debes comprobar que tu gato o perro es obeso. Esta duda la resuelves con una visita veterinaria para pesarlo y determinar si es saludable de acuerdo con su especie, edad y tamaño. En la misma medida un veterinario puede asesorarte sobre cómo mejorar el peso y la salud del animal.

Aquí te compartimos algunos tips.

  1. Infórmate sobre el alimento y elige una opción saludable. Es posible que los alimentos más económicos también tengan índices más altos de grasa y sodio, perjudiciales para la salud. Existen versiones ‘light’ o bajas en calorías y también puedes investigar en Internet formas sanas de alimentar a tu mascota sin recurrir al balanceado, cuyas recetas pueden tener componentes que no son exactamente buenos a largo plazo.
  2. Cantidad tambien es calidad. Es cierto que cuando una mascota vive en casa es difícil verificar cuánto come si siempre tiene alimento a su disposición. Por eso, primero deberás averiguar qué cantidad de alimento (seco y/o húmedo) es adecuada para que tu perro o gato consuma a diario (esto depende de la raza, tamaño, edad). Intenta respetar esas cantidades y enseña a tu mascota a no acercarse al plato cada vez que se encuentre aburrido. Es importante crear una rutina de horarios en torno del alimento.
  3. Ellos también pueden quemar calorías. La actividad física no es sólo terreno de animales que viven en la naturaleza, que tu mascota sea doméstica significa que es tu responsabilidad crear espacios de juego y deporte para mantenerla activa. Si tienes un perro es más fácil pasearlo y ponerlo en movimiento (¡asegúrate de volverlo una rutina!), pero si se trata de un gato puede ser más desafiante. A ellos les encanta pasar la mayor parte del día durmiendo, por lo que debes procurar que las horas restantes tengan algo de actividad física, en forma de juegos, por ejemplo.

Lo que resulta esencial es que como dueño te sientas responsable de los hábitos que tú mismo tienes con influencia en la calidad de vida de tu mascota. ¿Lo alimentas demasiado? ¿El alimento no es de buena calidad? ¿No te aseguras de que haga suficiente actividad física?

Visitas periódicas al veterinario pueden ayudarte a conocer más sobre la salud de tu mascota y ofrecerte opciones para encarar una vida más saludable.