¿Has notado que tu perro o gato no paran de rascarse? ¿Es tan grave la situación que ahora también te rascas tú? ¡Puede que te encuentres ante una infestación de pulgas en tu hogar!

Las pulgas son un tipo de parásito que se alimenta de la sangre. Existen distintos tipos de pulgas y pueden especializarse en distintas especies como alimento. Pero lo que está claro es que su capacidad de supervivencia y de multiplicarse es superlativa. Son resistentes, tienen increíbles capacidades de saltar, pueden resistir mucho tiempo sin alimento (en especial las larvas) y se reproducen con mucha rapidez. Si tu mascota tiene pulgas, es muy probable que zonas de la casa como alfombras, libros, pisos de madera y otros espacios también estén infestados.

Una infección de pulgas para tu mascota supone irritación de la piel, picaduras y una molesta sensación anti higiénica. Además, las pulgas facilitan la proliferación de otras enfermedades infecciones más peligrosas.

¿Cómo lidiar con la situación cuando ya está fuera de control? ¡Te ayudamos!

  1. Primero debes ocuparte de tratar a tu mascota: existen muchos medicamentos antipulgas que pueden aplicarse en forma de pipeta, ingerirse o rociar a tu perro o gato, dependiendo de la recomendación veterinaria. Usualmente estos métodos pueden adquirirse con facilidad y durarán entre unos días o un mes sobre el cuerpo de tu mascota.
  2. Luego debes ocuparte del ambiente. Si las pulgas abandonan a tu mascota ahuyentadas por un anti-pulgas, lo más probable es que permanezcan en el ambiente hasta que puedan volver a infestar a tu mascota. Por eso, la limpieza profunda del hogar es imprescindible para completar el tratamiento:
    • Aspira alfombras, pisos, almohadones y camas.
    • Extiende las telas al sol y/o lávalas con agua bien caliente para limpiarlas de forma natural.
    • Limpia el piso con agua y vinagre. Incluso puedes dejar un recipiente con esta mezcla en el piso para que las pulgas se concentren en esta zona y puedas eliminarlas.
    • Usa viruta de cedrón u otras plantas para ahuyentarlas. Por ejemplo, tomillo, citronella, menta, albahaca, salvia, ajo, romero o lavanda.

En caso de que los métodos naturales no basten, la alternativa es contratar a un fumigador de ambientes antipulgas o adquirir un insecticida químico que tú mismo puedas aplicar en las superficies. Ten en cuenta que probablemente tú y tus mascotas deban abandonar la casa por unas horas luego de aplicado.