Todos lo sabemos: tener una mascota nos puede hacer inmensamente feliz. Es divertido, llena tu vida de aventuras, y estrecha los lazos familiares. Además, si has rescatado a tu mascota de un refugio o de la calle estás haciendo un bien y eso llena de plenitud.

Pero, ¿existen beneficios reales para la salud ocasionados por compartir nuestras vidas con un animal doméstico? ¿Puede la ciencia darnos más motivos para incorporar un gato o perro a nuestra rutina? ¡La respuesta es sí!

Y estos son algunos de los beneficios que están comprobados:

  • Más actividad física: con casi cualquier mascota verás incrementada tu actividad y ejercicio. En especial, si tienes un perro (y más si es un cachorro) los paseos diarios, los trotes y los juegos serán parte de tu cotidianeidad. Si adoptas otra mascota como un gato también hace sentido que compartas juegos y ejercicios para fortalecer su salud y evitar el sedentarismo. 

Rutina positiva: aunque nos parezca un aspecto a veces agobiante o aburrido, tener una rutina diaria hace bien a la salud mental. Ordenar tus días de acuerdo a las necesidades de tu mascota (ejemplo: el paseo matutino o nocturno) te ayuda a planificar mejor tu agenda y aceitar la actividad cerebral.

  • Emociones profundas: convivir con tu gato o perro te conecta con emociones profundas, simples, a veces olvidadas, de sentimientos genuinos. Aunque parezca que los gatos o perros tienen una comprensión superficial del entorno o una conciencia limitada, te enseñan a amar incondicionalmente y te provocan sentimientos más puros.

Socialización: otro aspecto positivo de la convivencia con una mascota es que probablemente veas incrementado tu tiempo y calidad de socialización con otros, por ejemplo dueños de mascotas con los que compartas rutina en el parque o la calle, veterinario, amigos con mascotas, etc.

  • Cuidar de otro: nada como cuidar desinteresadamente de otro para sentirte un superhéroe moderno. Sólo necesitas tiempo, compromiso y amor para sentirte el ser más valioso para tu gato o perro. ¡Anímate!

Terapia psicológica: además de todos los beneficios que ya mencionamos, está comprobado que vivir con una mascota hace las veces de terapia para la psiquis. Hablar, pasear, cuidar de tu perro o gato alivia tensiones, reduce angustias y te da un propósito que puede incluso mejorar visiblemente un estado depresivo.